lunes, enero 08, 2007

Vehículo de instrucción: tenga compasión


¡No más!

Manejar.

Aproximadamente en unos 50 minutos o un poco más tendré que ir a aprender a manejar. Es la primera vez que haré algo más que prender un carro. La primera clase será teórica: dónde voltear, qué significa que el policía mueva la mano, qué tan rápido se puede cruzar la Vía Expresa, la Arequipa y Canevaro. Espero no sea particularmente complicado o que requiera demasiada memoria, y, más que nada, que sea útil no sólo para intentar razonar con el tombo que me detenga (no es usual que cargue mucho sencillo conmigo) o para pasar el examen del brevete, sino para tener un soporte razonable bajo el cual no me sienta tan intimidada por Chamas y demás.

Jungla de asfalto: Jaguars y Escarabajos

Luego de 2 horas de teoría, mismo curso de letras, queda 1 hora y 45 min de práctica. Ahi si digo ay mamá .
En un año me he convencido más que nunca, como usuaria de transporte público, que:

a) el genio al que se le ocurrió la idea de mover brazos y piernas en un reducido espacio estaba muy preocupado por mejorar la coordinación motriz de la humanidad

b) estar dentro del aparato que manejas es la principal diferencia de este magnífico invento (a excepción de aviones, cohetes, mototaxis-y estos no tanto-)
En otras palabras el uso de la computadora, el celular, el televisor, la licuadora, el microondas y cualquier otro artilugio de la modernidad no involucra estar dentro de él. Cualquier escala de la evolución en el transporte posterior al caballo, por definición equivale a "domar" a los circuitos, válvulas, motores, bujías, válvulas de escape que han sido diseñados para moverte de donde estás sin caminar.

c) Si algo el aparato resulta disfuncional puedo apagarlo. Puedo resetear la computadora, puedo callar al celular, puedo bajar la temperatura de un horno, puedo desactivar una alarma, y mi cuerpo apenas habrá movido la mano. Pero en movimiento, lo que diré después, no existe nada, aparte del freno, que pueda asemejarse al botón cerrar, a desenchufar un artefacto. No se puede huir de una vía y abandonar, pues equivaldría a llamar a una grúa.

d) Si bien Internet se trata también de compartir un espacio, interactuar (lo que la ha hecho tan magnifica como es) y se parece en ello al fenómeno del transporte post-carreta con caballos pero en las calles la idea de cooperación es absolutamente distinta: uno descubre, recibe lo ajeno directamente, se alegra incluso por ello porque puede ser llenador, inspirador, puede despertar controversia, puede divertir, puede hacerte reir en soledad con la red mientras que en las calles (y sobretodo en Lima) la cooperación sirve para llegar más rápido, y a la mierda el tonto que se las de de colaborador. Por algo es jungla y sinceramente espero tener el temple para no terminar en el final de la cadena alimenticia.

e) Vivo en Lima, la capital del caos. O, mejor aún la capital de la prisa.

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