domingo, setiembre 10, 2006

Yapla V 2.0

Entonces, retomando...habiamos consumido un poco de cebiche en la playa El Silencio pero seguiamos con hambre...




Ya que mi memoria es nefasta y Vivar esta visitando museos lo que escribire a continuación son instantes que logro
recordar.

Pues luego del rico cebiche decidi acompañar a Vivar al baño, que estaba cruzando el mar de carros. Ahora que lo pienso, no entiendo como Hilaria (xD) usaba sus flip flops (o sandalias) todo el año, a pesar de la nieve, frio, fuego, etc. Como miembro del club de fans de las zapatillas, no podia caminar con comodidad. Y eso no fue todo, la vieja que te daba el papel higienico te pedia plata por usar los baños bien publicos. Pero no se puede pedir mucho, no porque vivamos en el Peru, sino que siendo franca, no esperaba un baño limpio ni con por lo menos un water malogrado o maloliente. No espero una ducha limpia con agua limpia como la de Punta del Este o arena blanca como en Cancun, pero un poco mas de preocupacion que no sea unicamente cobrar y un poco de conciencia que la playa no se limpia sola no caería mal.

Pero como las peticiones de la vejiga impiden que la region del cerebro del "por si acaso" trabaje bien, nos olvidamos de llevar plata. Asi que triste vida, de regreso a la arena.


Entre otros incidentes que puedo recordar, la magica fanta-fabulosa y por supuesto refrescante raspadilla. Con el agitado regreso de los baños, un vendedor nos ofrecio una raspadilla de tamaño y sabor respetable. Y si no me gustaba, no debía pagarle. Con tal estrategia de marketing playero y el sol abrasador, ¿por qué no?.

Al poco tiempo, mientras las "armadoras de raspadillas" estaban en plena actividad, llegamos las cuatro a pedir cinco raspadillas. Un gesto de "yo soy el men" del señor de la oferta obtuvo una provocativa mirada de la señora que sacaba con su cuchara especial el hielo triturado de una caja que parecía de tecnopor. Su hija/sobrina/co-worker/colega/nieta era la encargada de poner el jarabe. El negocio de la "raspadilla de PURA FRUTA" (palabras escritas en mayúscula y de una llamativa caligrafía sobre pequeña una pizarra blanca) debe ser rentable. Al poco tiempo de hacer nuestro pedido llegaron unos señores bañistas que pidieron una cantidad similar a la nuestra.

Detrás de ambas mujeres había una columna con sus nada despreciables tragos, desde tequila, pasando por licores de dudosa marca, llegando a un pisco Quebranta. El dichoso lugar pertenecía a un restaurante-kiosko que estaba mas alejado del mar. La playa está "resguardada" por estos restaurantes.

Pues luego de que la chiquilla juntara los sabores de la naranja, fresa, guanabana y otra mas que no me acuerdo en un cumulo de pedazos de hielo, bon apetit.

Lo siguiente que recuerdo es estar buscando un buen precio para una jalea hasta que a Yuyos y a mi nos ofrecieron un descuento en un puesto un poco alejado de la base de operaciones. Luego de esperar que trajeran el cerrito de mariscos y pescado con su canchita respectiva (que Vivar acabo mientras estabamos haciendo no se qué) a devorar el plato. Frente a la mesa donde comíamos estaban unos nada malos jugadores de voley playa. Aunque creo que fui la unica q
ue disfruto el "espectáculo".

Y recién cuando merecíamos decir 'barriga llena corazon contento' regresamos a
la base de operaciones. Antes de entrar al mal, una charla bajo el sol y las nubes para "bajar la comida" fue lo siguiente. No me acordaba como era tirar tu toalla y echar tu cuerpo sobre la arena. Juraría que no recuerdo haber hecho eso en mi vida. Pero, como sea.

Y aqui es donde comienza el ocaso de la aventura playera *musica entre tragica y de accion*. Habiendo ya 'bajado la comida' con la habladuría, nos dirigimos al mar. El agua y su vaiven será un proceso monótono al principio pero cuando adviertes que unas olas rompen mas alto que otras, comienza el juego del 'corre o la ola te alcanza'.

De cuando en cuando venía una de estas olas, algunos aprovechaban para meterse y otros como nosotras corriamos sabe dios por qué.

Pero nuestro amplio conocimiento sobre ondas, corrientes marinas y 'corre que viene una grande' nos llevó a caminar por la orilla en busca de aguas más tranquilas. Y pensabamos que las habíamos encontrado. Tal es así que la aventurera Marta entró al mar, hasta donde las aguas alcanzaba su altura. Nunca entendi si ella sabía nadar o no, pero luego de llamarnos Vivar fue la unica acompañante. Yuyos y yo mientras las veíamos en sus intentos de 'atrapar una ola mientras nos tomamos de las manos'.

Pero el mar se había tranquilizado por un buen tiempo. No se si es cuestion de la naturaleza, pero las olas vienen y van y de cuando en cuando viene una mas o menos grande. Pero la ola grande no llegaba hace un buen rato y Vi
var-Nostradamus predijo que iba a venir pronto una ola un poco más grande. Al poco tiempo, un atisbo de lo que sería esta ya habia hecho correr a una buena cantidad de gentel. Pero, ni Vivar ni Marta huyeron. Asi que *instante silencioso* la ola las revolco. Pero un grandulon no viene solo, y de igual manera, el hermano de la super-ola se ocupo de revolcarlas por segunda vez, pero para esto aparecio el angel de la guarda de Vivar, pues ellas se habìan caido. La tomo de la mano y la ayudo a pararse. Los tres se alejaron lo más rapido que pudieron de la ola, esta vez no pasó nada.

Al ya estar alejados, advertimos que habíamos sido parte del circo que se vuelve l
a playa de vez en cuando. Todas las personas que habían estado en el mismo plan de bañarse en el mar nos miraban como miran los curiosos en un reportaje de canal 5. Y el poder del mar no es poco, tanto Vivar como Marta estaban con arena hasta en las orejas. Marta tenía las rodillas sangrando, seguro algùn golpe y el pelo decorado con granitos de arena. Vivar estaba peor, le dolían las piernas y tenìa màs de una herida que sangraba. Estaba llena de arena y con un miedo renovado al mar.

Entre miradas regresamos 'con el rabo entre las piernas' a la base de operaciones. "Decimos que nos caimos" dijo Marta para no alarmar a su progenitora. Al llegar y vernos desde lejos averiada, es probable que haya supuesto la desventura. Luego de eso visitamos el baño una vez más. Ya era
hora de irse. El baño no podìa estar en peores condiciones, no habìa ni agua, pero Vivar y yo decidimos cambiarnos. De regreso al carro, todas cansadas, emprendimos el viaje de vuelta a la ciudad de Lima.

Las Pamelas durmieron una buena parte del trayecto, no se si Marta llego a pegar el ojo. Y yo por más que lo intenté no logré ni juntar las pestañas. Radiohead y Beatles como fondo musical. Llegamos a Lima y por la Javier Prado dejamos a Yuyos que despertó al poco rato. Luego abandoné yo el carro.

Pues era tarde y recién advertía que existe un mal llamado insolación, pero, estaba demasiado cansada para pensar en ello y en todo lo que había acontecido el dichoso día.


---> ADVERTENCIA: No señor, esa es la idea que el marketing hace que tenga de la playa. Las playas el día que normalmete acude ud. no están vacías como en la foto. Se encontrará malaguas mas no sirenas.






Más comentarios si llego a animarme.


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