sábado, diciembre 23, 2006

Aperitivo del cambio

(Foto: http://gargantua1.blogalia.com/)
Personalmente considero las mudanzas bastante, bastante incómodas. Desde el hecho de mover un mueble hasta colocar en cajas (habiendo previamente envuelto en periódico) vasos, copas y platos. Con descaro confieso que sólo me he mudado una vez de casa y ha sido problemático, por mi obsesión a que "todo se quede como esté" . Sin embargo, muchas veces he mudado muebles, cuartos enteros, el librero, y demás objetos pesados de un lado a otro y siempre estoy predispuesta a no estar contenta con el resultado.

Lo único que acepto de la mejor gana es una pseudo-mudanza llamada viaje, ya que el nuevo paradero es casi siempre completamente distinto. Pensándolo un poco más, cuando viajo soy 'yo' la que me muevo y no soy 'yo moviendo lo que me rodea'. Costumbre será el equivalente 'en humano' a inercia? Ni idea, mi profe de física apenas atinó a dejar un plumón de pizarra sobre la carpeta y en el suelo. En fin, me acostumbro a todo apenas cesa el movimiento. Si estoy en una carpeta un día seguiré ahi (o cerca en su defecto) por el resto de tiempo que dure el curso. Si pruebo un plato bueno en algún sitio será el único que pida hasta que me harte y consiga uno nuevo, o no vuelva. El cambio sólo viene producto del aburrimiento? En los casos más intrascendentes, creo que sí.

0 comentarios: